A Santa Compaña


A SANTA COMPAÑA  
A Santa Compaña es, en la mitología popular de Galicia, una leyenda fantástica sobre una procesión de ánimas o aparecidos que discurre desde las doce de la noche por los términos de una parroquia con el propósito de visitar, o advertir, a todas aquellas casas en las que en breve habrá una defunción.
Además de en Galicia, también es propia del norte de Portugal y de Asturias (la antigua Gallaecia). Y es conocida como Huespeda (en León, Zamora, Salamanca), Genti de Muerti (en Extremadura) o Estantigua (en Castilla).
Origen
El origen parece provenir de la Cacería salvaje o Mesnie Hellequin, un mito de origen germánico del ejército de Odín; muy difundida en Europa en la época medieval.
Un ejército fantasmal de exploradores ataviados con indumentaria de caza y acompañados de caballos, perros rastreadores, etc., en una desenfrenada persecución a través de los cielos, a lo largo de la tierra o por encima de ella, para llevarse a las personas que iban a morir o como el presagio de alguna catástrofe.  Los cazadores eran muertos, almas perdidas, deidades o espíritus de ambos sexos, y podían estar liderados por una figura histórica o legendaria.
Muchas de sus tradiciones se impregnaron en el imaginario gallego, pero cuando se implantó el cristianismo, la Iglesia, al no poder erradicar estas creencias populares tan arraigadas, se limitó a cristianizar costumbres y relatos de origen pagano sobre el culto a los muertos.
La leyenda de la Santa Compaña cobró forma como un relato de muertos que perecieron en pecado y que, tras su muerte, penan por un período de tiempo indefinido, vagando por los caminos hasta alcanzar así el cielo de forma eterna. La Iglesia Católica convirtió el vagar eterno de aquellas almas en el purgatorio.
Elementos de la leyenda
La versión más extendida afirma que a Compaña está formada por una comitiva de almas en pena, vestidas con túnicas negras con capucha, que vagan toda la noche.​
Esta procesión de ánimas forma dos hileras, van envueltas en sudarios y con los pies descalzos. Cada fantasma lleva una vela encendida y su paso deja un olor a cera en el aire.Caminan emitiendo rezos (casi siempre un rosario) cánticos fúnebres y tocando una pequeña campanilla.
Al frente de esta compañía fantasmal se encuentra un espectro mayor llamado Estadea; persona viva, hombre o mujer dependiendo de si el patrón de la parroquia es un santo o una santa.
El Estadea porta una cruz y un caldero de agua bendita seguido por las ánimas con velas encendidas, no siempre visibles, percibiendo su presencia en el olor a cera y el viento que se levanta a su paso.
Además el Estadea al día siguiente no recuerda que hizo esa noche, se le puede reconocer porque irá adelgazando y palideciendo día tras día, mientra dure su castigo. Finalmente, enfermará y morirá. Únicamente podrá salvarse si durante la procesión encuentra a una persona y le pasa la cruz que lleva.
Se dice que no todos los mortales cuentan con la facultad de contemplar la "Compaña".
Solo los niños a quienes el sacerdote, por error, ha bautizado usando óleo de los difuntos poseen de adultos la facultad de ver la aparición.
Variantes
Aunque todas las versiones de la leyenda coinciden en considerarla anunciadora de muerte, hay distintas variantes.
En la mayoría realiza sus apariciones de noche, pero en algunos casos se habla de salidas diurnas.
En otras versiones se cuenta que la  procesión transporta un ataúd con una persona en su interior, que sufre una maldición, siendo su cuerpo astral el que yace en el mismo.
Se pueden aparecer en diferentes lugares, pero predominan en las encrucijadas y hay fechas concretas en las que se dice se registra una mayor incidencia de apariciones. Por ejemplo, la noche de todos los Santos (entre el 31 de octubre y el 1 de noviembre), o la noche de San Juan (24 de junio).
Aparición de la Santa Compaña
Las numerosas leyendas sobre esta peregrinación  cuentan que se aparecen en los caminos próximos a camposantos, en busca de algo o de alguien, siempre por un motivo, por lo cual son signo de desastre o maldición.
Estos motivos pueden ser:
- Para reclamar el alma de alguien que morirá pronto. Cuenta la leyenda que quien recibe la visita de la Compaña morirá en el plazo de un año.
- Para reprochar a los vivos faltas o errores cometidos. Si la falta es especialmente grave, el mortal que la ha cometido podría recibir la visita de la Compaña para que la encabece condenándolo así a vagar hasta que otro mortal le reemplace.
- Para anunciar la muerte de un conocido del que presencia la procesión.
- Para cumplir una pena impuesta por alguna autoridad del más allá.
Protección contra la Santa Compaña
Contar la leyenda supone también una protección contra esta procesión de no muertos.
Si se manifestara en presencia de alguien, existen una serie de rituales defensivos:
- Abrir los brazos en cruz y pronunciar Jesucristo cuando te vayan a dar la cruz.
- Responder "Cruz ya tengo" cuando el vivo que lleve la cruz intente dar la cruz diciendo "te toca a ti" o "toma tú".
- Llevar los brazos cruzados.
- Llevar las dos manos ocupadas, con una piedra, un palo...
- Subirse a los peldaños de algún crucero de los situados en los cruces de caminos.
- Tumbarse en el suelo boca abajo.
- Dibujar con tiza un círculo en el suelo y meterse dentro mientras la Santa Compaña pasa.
- Llevar una cruz encima y enseñarla antes de que te pasen su cruz.
- Salir corriendo.
La Misa de ánimas
En general es cualquier misa oficiada por las almas del Purgatorio, bien en honor a todas, bien en honor a los difuntos de una familia en concreto que después del oficio conforman la Compaña.
En España, sobre todo en Galicia, se recogen numerosas leyendas en torno a esta macabra procesión.

Algunas de ellas están recogidas en el Diccionario de los seres míticos gallegos.




Las webs de las que se extrajo la información son: wikipedia, vivecamino.com, historias de nuestra historia, turismoenxebre.com y bluscus.es



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